me quedaré sin recuerdos, sin canciones, sin palabras
ya no podré torturarme dedos y corazón para seguir escribiendo canciones de esclavitud
ni emprender la feroz lucha por extirparte de mis acueductos
tampoco velaré por las noches persiguiendo tus fantasmas
me quedaré muda, vacía, insensible, estática, famélica, robótica, viuda
las lágrimas labraron mis ojeras
y lavaron mis delgadas cristaleras
las hojas secas se entrelazan en mi cabellera
y el viento ulula penetrando por mi oreja,
ese tunel altisimo y sonoro
entre tu resquicio y mi corazón
frágiles ramas brotan de mis venas,
a casa latido preñado de tierra,
mis brazos abarcan la noche
mis piernas se abren al sol
mi alma se enrolla seca al atardecer
mis ojos contemplan impávidos el incoloro vacío
y entonces comprendo que te has ido
Heme aquí. Nacido de la vil y pura desesperación, de la inquietud y la muina, de la alegría del renacimiento, de la esperanza y del futuro... para escribirse y leerse tomando café o té o mate o coca cola, para levantarse en la madrugada cuando no se concilie el sueño, cuando hay necesidad de gritar y todos están ocupados, para escribir eso que a nadie has confesado, para asomarse a las locuras de los vecinos, que tampoco pueden dormir, y teclean furiosamente su computadora.
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